EL AUMENTO DE ACCIDENTES CON JABALÍES NO ES POR EL CELO, SINO POR OTRAS CAUSAS
Recientemente nos ha llamado la atención la información facilitada por la Policía Foral argumentando que la presencia de jabalíes aumentará en los días de otoño, al estar estos inmersos en la época de celo y aumentar la movilidad, indicando que las altas temperaturas registradas este otoño en Navarra ha provocado un retraso en el celo de los jabalíes hembras.
Ante ello desde ADECANA queremos puntualizar, que, si bien los jabalíes se pueden reproducir a lo largo de todo el año, desde siempre la época más habitual cuando entran en celo tiene lugar durante los meses de noviembre y diciembre, época en la que las jabalíes se ponen altas pudiendo ser fecundadas. Pero ello no implica que las piaras se tengan que mover más por ello, ya que ellas tienen unos territorios de donde habitualmente no salen, donde se les acercan los machos, tras lo cual tras una gestación de aproximadamente 3 meses y 3 semanas nacen los jabatos en primavera.
Destacar, que, si bien los jabalíes normalmente tenían una camada al año, actualmente por la mayor disponibilidad de alimento, está provocando un aumento de su capacidad productiva, ocasionando produciéndose partos en otras épocas del año, pudiendo ver cada vez que más jabalinas que pueden llegar a tener hasta 3 camadas en dos años.
Respecto de la nota de la policía foral, hemos de afirmar que no hay causa-efecto entre el celo de los jabalíes y la llegada del frío. El asunto de los cambios reproductivos es debido a que, ante la abundancia de alimento, las hembras alcanzan el peso necesario para reproducirse en pocos meses, y se reproducen todas a partir de los 35 kg de peso, de ahí que dependerá de eso, de cuando alcanzan el peso, para que salgan en celo. En cambio, las hembras adultas, de más de 3 años, son las que respetan más las épocas normales de reproducción y son las que provocan el celo de otoño.
La época de celo otoñal, lo que provoca es una mayor itinerancia de los machos, no de las hembras, por lo que la mayoría de los atropellos deberían ser de machos grandes en esta época. Los grupos familiares de hembras y crías lo que de verdad los dispersa es la búsqueda de alimento y refugio.
Por lo tanto, en opinión de ADECANA, y la de los técnicos que más saben en España de jabalíes, las causas de los aumentos de accidentes con jabalíes no tienen nada que ver con el celo de estos animales, sino con las que exponemos a continuación:
CAUSAS DEL AUMENTO DE JABALÍES:
La causa principal de su expansión ha sido el abandono de las zonas rurales y el aumento de maleza y arbolado en el monte, lo cual ha ocasionado un mayor cobijo para guarecerse, así como mayor disponibilidad de alimento ocasionado por las grandes obras públicas, como es el caso del Canal de Navarra, y los cambios de los cultivos.
Indicar que cuando se publicó la declaración de impacto ambiental del Canal de Navarra, desde ADECANA revisamos toda la documentación que se había elaborado en el gobierno de navarra, y entre las afecciones que podía ocasionar el cambio de hábitat que iba a generar esta obra tan importante, pero no había la más minina referencia al aumento de jabalíes, o la afección que ello iba a tener en las poblaciones de aves esteparias, como ha sido el caso de la perdiz, solo la referencia a un bando de 12 avutardas que había en la zona de Lerín.
AUMENTO MODERADO EN EL NORTE DE NAVARRA Y EXTRAORDINARIO EN EL CENTRO Y SUR
Si bien ha habido un aumento moderado de sus poblaciones en sus zonas tradicionales del norte de navarra, (este año en la zona del Pirineo los cazadores informan que ven menos jabalí), donde estas han crecido de forma espectacular es en el centro y sobre todo en el sur de Navarra, y ello es debido al increíble aumento de disponibilidad de alimento y cobijo que les proporcionan los miles de hectáreas de regadíos y maizales que se han instalado gracias al Canal de Navarra.
¿Y qué ocurre cuando a finales de año se recogen las cosechas de maíz, que dejan sin cobertura a grandes extensiones que durante meses les servían de cobertura y alimento?
Que colonizan y ocasionan daños en las zonas aledañas como es el caso de la ribera estellesa y el centro de Navarra. Y lo mismo ocurre cuando hay crecidas de los ríos que les obligan a salir de sus bosques de ribera, ocasionando muchos más siniestros de los que se nos hace responsables a los cazadores.
AUMENTO DE TERRITORIOS PROTEGIDOS
Si a ello le sumamos el aumento de espacios protegidos por el Gobierno de Navarra donde está prohibida la caza, como es el caso de la Red de Espacios Naturales en la que hay una reserva Mundial de la Biosfera (Laguna de Pitillas), 3 parques naturales (Urbasa y Andía) y 30 reservas naturales, los bosques de ribera de los ríos Arga, Aragón y Ebro, donde está prohibida la caza, con ello la Administración foral ha “fabricado” un coctel explosivo de proporciones gigantescas con unas consecuencias que no se tuvieron en cuenta, con el agravante, que cuando los jabalíes salen a la noche de estos espacios, ocasionan atropellos y daños a la agricultura en los cotos de caza aledaños, volviendo antes de amanecer a los lugares protegidos, daños que se atribuyen a las sociedades de cazadores de los acotados donde los producen, lo cual es injusto y debe de ser modificado.
AUMENTO DEL TRÁFICO Y DE LA VELOCIDAD
Otro aspecto que la Policía Foral no tiene en cuenta, y esto sí que es de su incumbencia, es el aumento del tráfico en las carreteras de Navarra y la mejora de las mismas, lo que ha ocasionado que los conductores circulan mucho más por ellas, sobre todo los fines de semana, y a mucha mayor velocidad que antes.
Antes en las carreteras de segundo orden se iba a 60, 70 km /hora, y ahora hay un gran aumento de tráfico por el ocio, y sobre todo con mucha mayor velocidad. Y en las zonas señaladas con la señalización P- 24 de cuidado paso de animales en libertad, que se instalan precisamente por ser zonas donde los animales tienen sus sendas de paso, muchos no hacen caso a ellas.
Prueba de lo que afirmamos es que la Policia Foral indica en su artículo que los puntos geográficos en los que se han registrado más incidencia precisamente son en la N-121 (Pamplona-Tudela), Eje del Ebro, donde están instaladas miles de hectáreas de regadíos, la 121-1 (Pamplona-Vitoria), que casualidad, que discurre por la zona sur del Parque Natural de Urbasa y Andía.