PROHIBICIÓN DE LA CAZA EN ESPACIOS PROTEGIDOS

ESTA MEDIDA GENERA GRANDES PROBLEMAS

Actualmente existe un incremento constante de los espacios protegidos en los que por algún motivo se prohíbe la caza. Prohibir es el recurso fácil de un legislador incapaz de regular. Está demostrado que una caza natural y regulada, nunca provocará la desaparición de una especie animal. Las causas de las extinciones hay que buscarlas en otros ámbitos, en otros factores, que parecen ser más conflictivos a la hora de legislar sobre ellos.

Hoy contamos con la presencia de Carlos Irujo, presidente de ADECANA y de Miguel Iñigo, para que nos den su opinión sobre este tema tan debatido:

Problemas para el medio ambiente:

Cuando la población de una especie herbívora supera la capacidad de acogida de un territorio, se producen daños excesivos en la cubierta vegetal, que van acompañados por graves daños en la agricultura y silvicultura que afectan no solo a los espacios teóricamente protegidos, sino también a los territorios vecinos, así ocurre por poner un ejemplo en Navarra, en las zonas próximas al Parque Natural Urbasa Andía con la población cada día más numerosa de jabalíes. En estas circunstancias, también se produce un incremento de los accidentes de tráfico por atropello de fauna. Incluso los animales comienzan a tener carencias alimenticias y, como consecuencia, a sufrir procesos degenerativos y enfermedades que pueden transmitir al ganado doméstico (tuberculosis, queratoconjuntivitis, etc.).

Problemas para la fauna:

Si en un territorio crece excesivamente la población de depredadores, pondremos en peligro a otras especies, algunas de ellas protegidas, incluso en peligro de extinción. No podemos olvidar que los osos, jabalíes, zorros, tejones, martas, córvidos, aves de presa, etc. se alimentan de los huevos y pollos del urogallo, perdiz roja, perdiz pardilla, perdiz nival, avutarda, etc. aves que nidifican en el suelo. Algunos de estos predadores también lo hacen sobre los ejemplares adultos de estas especies. Teniendo en cuenta las graves repercusiones que puede ocasionar la prohibición de la caza del jabalí en zonas de Navarra que tienen una presencia ocasional de osos, próximamente dedicaremos a este tema un estudio más extenso y concreto.

Soluciones para estos problemas:

Debido al constante crecimiento de la población humana, a la creciente invasión que realizamos de la naturaleza por trabajo (agricultura, ganadería, etc.) o por ocio (actividades al aire libre) y a la parcelación del territorio generada por las vías de comunicación, canales de riego, etc. es necesaria una regulación de nuestra relación con la naturaleza, no solo de la caza sino de todo tipo de actividades que en ella realicemos.

Todas las leyes humanas son imperfectas, todas pueden mejorarse, pero la elaboración de las normas legales que afecten a la naturaleza debe estar basada, exclusivamente, en criterios técnicos y científicos, nunca deben depender de ideologías personales, aunque estén “de moda”. Las ideologías deben ser libres y no pueden imponerse.

La caza no competitiva, gestionada con criterios de sostenibilidad, es la herramienta más natural, ecológica, eficaz y económica para el control de la fauna silvestre. En ADECANA nos oponemos a la alternativa, que a veces escuchamos, de contratar cazadores profesionales con el altísimo costo que eso supondría para las arcas públicas, consideramos que contamos con un suficiente número de cazadores, bien formados, que son los más expertos en esta cuestión, los que mejor conocen sus territorios de caza y que no solamente lo hacen de forma gratuita, sino que aportan mucho dinero a las economías local, autonómica y nacional. Recientemente, la Fundación Artemisan ha actualizado el estudio que realizó en 2018 sobre el impacto económico, social y ambiental que tiene la caza en España y, entre otros datos actuales, determina que, en España hay más de 575.000 cazadores, que la caza genera un PIB de 10.190 millones de euros al año, mantiene 45.642 empleos directos y sostiene 199.000 puestos de trabajo indirectos. También indica que la caza, los cazadores, generamos una inversión de 320 millones de euros al año en acciones de gestión, mejora y conservación del medio natural. Igualmente, esta actividad, colabora en la lucha contra la despoblación de las zonas rurales. Un aspecto que no podemos ignorar que la fauna salvaje provoca 29.327 accidentes por atropello al año.

ADECANA defiende una caza social, natural, sostenible y no competitiva, como una herramienta, IMPRESCINDIBLE, para la correcta gestión del medio natural, incluida la fauna.