EN PRIMAVERA, EPOCA DE REPRODUCION, ES CUANDO HAY QUE HACER EL MAYOR ESFUERZO
La primavera es una época muy importante para la cría de las especies, tanto las cinegéticas como la perdiz, así como protegidas como las avutardas. A partir de enero, los machos de perdiz empiezan a establecer sus territorios, y tras cortejar a las hembras y preparar los nidos incuban en el suelo durante 28 días entre 8 y 18 huevos. Incluso en algunos casos la hembra puede poner dos puestas en nidos diferentes, en cuyo caso una es incubada por la hembra y otra por el macho, naciendo los perdigones a finales de mayo o principios de junio. En el caso de que la puesta se desgracie, ya sea por tormentas o por predación de jabalíes, zorros o córvidos, es frecuente que realicen una segunda puesta, con el peligro que supone que los nidos se destruyan en la recolección, y lógico retraso del nacimiento de las perdiganas que con los campos cosechados se encuentran sin protección que les ofrece la maleza.
¿Porque hay que controlar el exceso de zorros?
durante la puesta de las perdices, los huevos de los nidos, como los perdigones cuando nacen y todavía no pueden volar, corren un grave riesgo de ser objeto de predación por parte de zorros que sin descanso los buscan para su alimento y el de sus crías llegando a desgraciar como mínimo un 50 % de su producción, siendo por tanto esta época la más propicia para realizar un control poblacional sobre el exceso de zorros y gatos asilvestrados que pueda haber en un coto con el fin de que no interfieran negativamente en el ecosistema, ya que sin un control exhaustivo sobre ellos la perdiz nunca remontará.
Los zorros son predadores oportunistas muy abundantes, cuya amplia presencia se debe a su capacidad para comer de todo, no solo de presas que puedan encontrar por el campo, sino basura, restos de animales muertos, etc, motivo por el cual sus poblaciones aumentan mucho, siendo necesario un correcto control sobre ellos. Cada vez hay más zorros en Navarra, sobre todo en el sur.
Además de ello son animales que pueden trasmitir enfermedades, siendo la más importante la sarna sarcótica, moquillo canino y parvovirosis, o en algunos casos la rabia, estando en estudio si trasmiten como los tejones la tuberculosis bovina.
¿Con que métodos se les puede controlar?
Por todo ello, la Administracion autoriza ampliamente su captura en la Orden de Vedas en los periodos habituales de la temporada de caza del resto de especies, ya sea al salto, en batidas de caza mayor, o específicas para zorros, permitiendo incluso el dispararles en los recechos de corzo, siendo cada vez más habitual en muchos cotos que aparte de la cuadrilla de caza mayor exista otra dedicada a la caza del zorro, existiendo en Navarra varias especialistas en ello que son requeridas para que cacen en los cotos de alrededor, algo muy interesante y beneficioso por la gestión medioambiental que representa.
Como la época más peligrosa por los daños que causan tiene lugar en primavera, es muy interesante redoblar su caza durante el mes de febrero que es el último de la época de caza hábil, algo que se puede compaginar con las batidas de caza mayor de jabalíes.
A partir de entonces, dado que el campo está en veda, la Administracion está concediendo excepcionalmente por daños, y con gran éxito de participación y de capturas, batidas de zorro en el mes de marzo, que es precisamente cuando los zorros tienen una gran actividad en busca de comida al estar criando el resto de especies, pudiendo extraer del medio natural no solo los zorros adultos sino sus camadas (o hembras dominantes o preñadas). Además de ello es muy interesante hacerlo en esta época al no estar ya en celo y ser territoriales, por lo que tras su eliminación ya no recolonizan los lugares donde se ha actuado.
Las batidas de zorro del mes de marzo, como ocurre en el caso de todas autorizaciones excepcionales, es preceptivo contar con un guarda de caza de Navarra y presentar los resultados de la autorización del año pasado, solo se pueden utilizar escopetas con cartuchos gruesos de perdigones, siendo obligatoria la utilización de chalecos naranjas de alta visibilidad.
Generalmente se utilizan para ello perros específicos para esta especie, siendo muy valorados los perros denominados de madriguera, como los Fox Terrier, o Jagd terrier, o pequeños podencos, que son especialistas en este tipo de caza, ya que no solo son muy rápidos, sino que incluso persiguen a los zorros hasta dentro de sus madrigueras, etc, existiendo en Navarra cuadrillas de cazadores especialistas en este tipo de caza que solo se dedican a ello. En algunos casos, en vez de perros se utilizan batidores que baten el terrero en forma de herradura hacia las posturas, siendo muy importante el conocimiento del terreno y la idónea colocación de los puestos para conseguir mayores posibilidades de éxito, ya que no olvidemos que el zorro es un animal dotado de una gran inteligencia que debe de ser contrarrestada con una perfecta preparación y ejecución de la batida.
Destacar que la función de estas batidas no es eliminar todos los zorros que pueda haber en un coto, sino reducir su impacto sobre todo en los momentos más críticos para la reproducción, ya que estos animales realizan una función para eliminar animales enfermos, plagas de topillos, exceso de conejo donde hay sobrepoblación, y por ello de lo que se trata es de mantener sus poblaciones en unos niveles controlados, pero que no desaparezcan, siendo muy interesante el hacerlo en varios cotos alrededor, porque si solo quitamos los zorros de una zona y no de las adyacentes, se crea un efecto sumidero, y vienen de los otros lugares a ocupar su lugar.
Otro medio excepcional que cada vez se está utilizando más es su caza por parte del guarda del coto con reclamo al chillo, Se suele llevar a cabo durante las 2 horas siguientes al amanecer y las 2 horas previas al anochecer en una postura oculta y próxima a zona de encame del zorro pero con suficiente visibilidad en 50 metros a la redonda. La forma de hacerlo es mediante la reproducción de la grabación de chillido de conejo durante 10 segundos seguido de un minuto de silencio, repitiéndose durante un máximo de 10 minutos.