RIESGOS EN LA NATURALEZA POR CONTACTO CON ANIMALES
Toda actividad humana conlleva el riesgo de sufrir accidentes, incluso en la vida doméstica, se producen con frecuencia.
En el campo, en la montaña, en la naturaleza en general, existe la posibilidad de sufrir accidentes por múltiples motivos, pero vamos a limitarnos a los que se pueden producir por contacto con animales salvajes o domésticos, grandes o pequeños, Es un riesgo poco probable, pero que es real y tenemos que asumirlo y actuar de forma correcta para evitarlo. Los animales se comportan siguiendo su instinto y no son responsables de sus actos.
Los animales grandes, jabalíes, ciervos, corzos, vacas, caballos, etc. pueden lesionarnos con sus colmillos, mordiscos, cornadas, coces, pero también los pequeños pueden provocarnos mordeduras de víboras, picaduras de abejas, avispas, garrapatas, orugas, etc. con lesiones que pueden ser graves, sobre todo en caso de ser alérgicos, incluso transmitirnos enfermedades.
COMPORTAMIENTO
En general, los animales salvajes, si nos ven desde lejos, se retirarán, evitarán el contacto con los humanos.
Debemos desplazarnos por sendas o caminos anchos, los animales los evitan y están habituados a la presencia humana y de vehículos en ellos. Podemos tener problemas al caminar por sendas muy estrechas, al atravesar matorrales o hierba alta, donde al sorprender al animal, este puede atacarnos por considerarlo su única defensa.
También debemos tener cuidado cuando las hembras están con sus crías, se sienten muy protectoras y vulnerables y nos atacarán en defensa de su prole.
Si vamos acompañados por nuestro perro, debemos llevarlo controlado, incluso atado si hay animales cerca. Puede ladrar al animal que se encuentre, ciervo, jabalí, etc. provocando su ataque y en esta situación, nuestro perro vendrá buscando nuestra protección, colocándonos en una situación muy peligrosa.
Si nos encontramos con un rebaño, por ejemplo, de ovejas, no debemos pasar a través de él, debemos rodearlo para evitar dispersarlo. En la montaña es posible que este rebaño tenga la protección de un perro mastín, que podría atacarnos al ver peligrar “su” rebaño.
En presencia de un animal debemos mantener la calma, no darle de comer, ni intentar acariciarlo, no provocarlo con gritos o movimientos bruscos y retirarnos discretamente.
Al volver a casa, se debe sacudir bien la ropa y revisar nuestro cuerpo para asegurarnos de que no tenemos adheridas garrapatas, muy abundantes en las zonas con ganado y transmisoras de enfermedades que pueden ser graves.
No tengamos miedo, pero debemos ser prudentes y respetuosos, pasear por la naturaleza no es lo mismo que hacerlo por un parque urbano.
PÁSALO