Un futuro complicado, pero que tiene solución
Por Miguel Iñigo Noain
LA CAZA, UN INSTINTO HUMANO Y UN DERECHO NATURAL
Somos cazadores desde nuestro origen, hemos cazado para alimentarnos con el necesario aporte de proteínas animales y para sobrevivir defendiéndonos de animales agresivos. Cazar es consustancial con la naturaleza humana y, como consecuencia, un derecho natural e inalienable. Actualmente, la caza también realiza una importante y necesaria labor de gestión y control de las poblaciones de algunas especies de fauna, cuyo incremento descontrolado puede causar diferentes problemas.
Pirámide trófica
Los humanos formamos parte de una pirámide trófica, en la que todas las especies, animales y vegetales, desde el mayor mamífero al más pequeño de los virus, sobrevivimos depredando unos sobre otros, es la Ley de la naturaleza que nos ofrece momentos de gran belleza y ternura, pero también otros cargados de sufrimiento y tragedia.
UN FUTURO INCIERTO DE LA CAZA POR FALTA DE RELEVO GENERACIONAL
Actualmente estamos viviendo un proceso de envejecimiento en el colectivo de cazadores, falta un relevo generacional suficiente que lo compense. Las causas, según mi opinión y repito, que es mi opinión, pueden ser varias, pero entre ellas y quizás la más importante es Una educación falsa y tendenciosa.
Vivimos en un mundo excesivamente urbano, alejado de la naturaleza, que es una gran desconocida y maltratada, de esta situación se deriva la necesidad de las granjas escuela para explicar a los jóvenes lo que nosotros conocíamos desde niños y los veíamos con naturalidad. Es un terreno abonado para la aparición y propagación de teorías absurdas. Los jóvenes y la sociedad reciben una información, una educación basada en unas ideologías falsas y tendenciosas, que nos presentan a una naturaleza idílica, onírica, equilibrada y de bondad absoluta en la cual el sufrimiento está ausente. Se humaniza a los animales dotándoles de sentimientos, cuando tan solo tienen y actúan por instintos, los dibujos animados utilizan animales en vez de humanos, distorsionando la realidad (los leones son amigos y juegan con las gacelas, no se las comen, etc.).
Según estas ideologías, los humanos somos los que alteramos esta paz y felicidad, somos los malos de película. La consecuencia es que una parte de la sociedad ve a la caza y a los cazadores como algo negativo, perverso y, lo que es más grave, dentro de la Administración, en los Departamentos y servicios encargados de la gestión y control de la caza, hay algunas personas que se dejan influir por sus ideas contrarias a la caza en el ejercicio de sus funciones, interfiriendo y dificultando el ejercicio de nuestro derecho. ¿qué pensaríamos si los médicos actuásemos según nuestras ideologías al tratar a los pacientes? Un profesional o un funcionario público, debe olvidarse de sus ideas a la hora de trabajar y atender a sus pacientes o clientes.
CONSECUENCIAS
La disminución del número de cazadores va a provocar un crecimiento descontrolado de las poblaciones de algunas especies salvajes y esto va a tener consecuencias muy negativas para el equilibrio de la naturaleza:
- Aumento de los daños con deterioro del medio ambiente, la agricultura y la silvicultura.
- Aparición de enfermedades en la fauna salvaje y su transmisión al ganado doméstico.
- Incremento de los accidentes de tráfico por atropello de fauna.
SOLUCIONES
Estamos a tiempo de revertir este proceso y una de las medidas que se deben adoptar es ofrecer a la sociedad una información, una educación acertada y veraz, que nos permita conocer de forma real a la naturaleza, de la cual formamos parte y de esa forma integrarnos en su dinámica. La Administración, cuando elabora los planes educativos debería tomar ejemplo de países como Alemania donde los cazadores acuden a los colegios para explicar a los jóvenes los fundamentos de la auténtica caza y su gran importancia como herramienta de gestión del medio ambiente.
La caza racional, social, sostenible y no competitiva es, aparte de un derecho, la herramienta de gestión y control de poblaciones de animales salvajes más natural, ecológica, eficaz y económica, en la naturaleza las poblaciones animales se regulan mediante la depredación y los humanos somos depredadores por nuestra naturaleza. Desde ADECANA animamos a los jóvenes a acercarse y conocer el auténtico mundo de la caza y su importancia, con su práctica disfrutarán de unas jornadas saludables, integrándose en la naturaleza, alejándose de un mundo artificial, volviendo a nuestro origen.