Todas las actividades humanas conllevan el riesgo de sufrir accidentes, conducir vehículos, practicar deportes, en el puesto de trabajo, incluso en la vida doméstica se pueden producir accidentes, algunos de los cuales pueden ser graves.
Existe en la sociedad el pensamiento generalizado de que la caza es una actividad peligrosa, es un gran error por desconocimiento, la caza es una actividad segura, su índice de siniestralidad es muy bajo, muy inferior al de otras muchas actividades humanas que pasan más desapercibidas, estos son algunos datos:
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En el Pirineo oscense: entre enero y agosto de 2024 (en 8 meses): 26 fallecidos.
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En Navarra: entre enero y julio 2024 (en 7 meses): 4 fallecidos por ahogamiento.
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Esquí, motociclismo, parapente, etc. tienen unos índices de siniestralidad más altos
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Pero los muy escasos accidentes de caza, tienen una gran repercusión mediática y social.
Los cazadores tenemos, en general, grandes conocimientos de las normas de seguridad que debemos adoptar, esta formación es transmitida oralmente de generación en generación y también adquirida por la lectura de libros y revistas o por la visión de vídeos especializados. La mayoría somos muy conscientes de los riesgos que asumimos y, como consecuencia, extremadamente prudentes. Somos los primeros en corregir, incluso sancionar, a nuestros compañeros cuando tienen conductas irresponsables e inseguras.
El mayor riesgo de sufrir accidentes, como en todas las actividades humanas, está en el exceso de confianza generado por nuestra gran experiencia después de muchos años practicando una actividad, este sentimiento produce una pérdida de la atención, una relajación, que incrementa el riesgo de tener un accidente. Durante la caza, de la misma manera que cuando conducimos, estamos en el puesto laboral, etc. debemos mantener la máxima atención permanentemente, evitando las distracciones. Esta es la actitud debemos tener desde que salimos de casa hasta que regresamos a ella.
La casi totalidad de los accidentes ocurridos en la caza, son comunes a los que pueden sufrir otros usuarios del campo y del monte, pastores, agricultores, excursionistas, montañeros, etc. Son accidentes de ttráfico, traumatismos, heridas y quemaduras, la mayoría leves, pero que en ocasiones, pueden ser graves.
Entre los escasos accidentes que se producen en la caza, son excepcionales los que son debidos al uso de armas. En Navarra hace muchos años que no ha habido un accidente mortal por este motivo.
Debemos cumplir estrictamente las normas legales y de prudencia en el uso y transporte de las armas. Normas que todos los cazadores conocemos y que debemos transmitir a las nuevas generaciones.
En las batidas de caza mayor, como en cualquier modalidad de caza colectiva, un aspecto muy importante para la seguridad es la correcta situación de los puestos de caza y la clara delimitación del campo de tiro de cada uno de ellos, respetando siempre, con nuestros disparos, un ángulo de seguridad de 30º con nuestros compañeros o cualquier otra persona que se encuentre en el monte. Cuando sospechemos que un puesto no es seguro, debemos cambiar su emplazamiento. Se deben aprovechar los meses que transcurren entre las temporadas de caza, para analizar, mejorar, limpiar, incluso cambiar estos puestos.
En la caza de palomas, además de las normas de seguridad generales, debemos ser extremadamente prudentes con las armas cuando compartimos el puesto con un compañero. Si este es alto (trepa o andamio), aparte de mantenerlos en buenas condiciones de estabilidad, debemos ser prudentes al subir y bajar de él, haciéndolo siempre sin llevar cargas, las mochilas, armas, etc. debemos subirlas y bajarlas aparte, nunca llevarlas con nosotros, al hombro o al espada. Todos los años se produce algún accidente por caída desde alguna palomera.
Debemos cuidar nuestra salud, manteniéndonos activos todo el año y respetando nuestra dieta y medicación, también cuando estamos cazando. Por supuesto que el alcohol y las drogas deben estar totalmente ausentes en el mundo de la caza. También es importante conocer nuestras limitaciones físicas y experiencia, para no sobrepasarlas.
Queremos recordaros que ADECANA organiza cursos gratuitos de formación en “Prevención de riesgos y seguridad en la caza”, con una duración, aproximada, de dos horas y abundante documentación audiovisual. Las sociedades de cazadores que estén interesadas en este curso deben ponerse en contacto con ADECANA, para concretar las fechas y localizaciones.