EL MEJOR EJEMPLO DE QUE LA CAZA Y LA CONSERVACION DE LA NATURALEZA SON COMPATIBLES
Contrariamente la que puedan pensar algunos, muchos de los espacios naturales de gran valor medioambiental se han conservado hasta nuestro días gracias a la labor de los cazadores, ya que son los primeros interesados en conservar la naturaleza en el mejor estado posible, siendo prueba de ello a nivel nacional, los actuales parques nacionales de Doñana, de los Picos de Europa, Gredos, o Cabañeros, que en su momento fueron cotos de caza mantenidos por sus propietarios en un excelente estado de conservación medioambiental.
La idea de la Red Natura 2000 con sus LIC, ZEC, etc. es estupenda y, sin duda, debe desarrollarse para preservar la biodiversidad de nuestros ecosistemas, pero tal como indican las Directivas Europeas las directrices de conservación deben de respetar, siempre que se pueda, los usos tradicionales, entre ellos la caza, más si cabe cuando son muchos los estudios que abogan por el efecto neutro de la caza sostenible en lo relativo a la conservación o incluso por su efecto beneficioso.
En Navarra también tenemos un gran ejemplo con lo ocurrido con el humedal de Badina Escudera, el cual salvado de su segura desecación por intereses agrícolas gracias a la enorme labor que Jose Luis de Pablo, apoyado por un grupo de entusiastas cazadores de Villafranca, han realizado a lo largo de estos años en defensa de este espacio de gran riqueza medioambiental, hasta conseguir que fuera declarado por el Gobierno de Navarra Espacio Natural Protegido (E.N.8 Badina Escudera).
Los cazadores de Villafranca no solo consiguieron a base de mucho bregar el salvar de su destrucción este valioso humedal, sino que periódicamente han venido realizando limpieza de plásticos y basura que pudiera alterarlo, que cada vez que bajaba la altura del agua informaban para que restableciera su nivel con el fin de impedir los zorros u jabalíes pudieran acceder a los nidos, sofocando incendios en el cañaveral, interponiendo denuncias por vertidos ilegales, o consiguiendo que el Ayuntamiento de Villafranca aprobara una distancia mínima de protección al perímetro del Enclave natural, 150 metros para cualquier tipo de construcción o 200 para vertidos.
Un espacio natural con una gran biodiversidad.
Badina Escudera es una zona húmeda de Villafranca de 12 Has. que se extiende a lo largo del paraje Navas de Agua Salada y Corraliza de la Escudera, siendo su origen una depresión endorreica recrecida por un dique para embalsar agua para riego con una profundidad de metro y medio, estando poblada de carrizos y juncales en su entorno. Entre las aves nidificantes se encuentran ardeidas como la garza real, garza imperial y avetorillo común, y rapaces como el aguilucho lagunero. Son varias las especies de anátidas y rálidos reproductoras pero entre todas ellas destacan el ánade real, el porrón común, el pato colorado, la cerceta carretona, fochas y la polluela chica. Limícolas como el andarríos chico, el chorlitejo chico, la cigüeñuela común y el archibebe común, o rapaces como el aguilucho lagunero occidental y el bigotudo, así como muchas clases de pájaros. Mamíferos como la nutria y el visón europeo, de los anfibios cabe citar al tritón jaspeado, al sapo corredor y al sapo partero común. Y en cuanto a los reptiles destaca el galápago europeo, que cuenta en este enclave con una de las mejores poblaciones en Navarra. Es decir, una gran variedad y riqueza de todo tipo de especies cuya conservación es compatible con el coto de caza donde se encuentra este humedal, llegando al extremo de conseguir que los aguiluchos laguneros y las ardeidas se hayan multiplicado en un 73 %, tal como consta en un informe de la Sociedad Española de Ornitología (SEO) donde se corrobora que es unos de los mejores espacios del norte de España donde más ha crecido la garza imperial y la real.
Tal como expone el técnico elaborador de su Plan de Ordenación Cinegética Floren Markina, “ha sido fundamental que este espacio haya seguido siendo coto de caza, ya que cuando se prohíbe esta los jabalíes pasan a ocuparlo de forma permanente, predando y comprometiendo la nidificación de las acuáticas, como ocurre por ejemplo en La Laguna de Pitillas.
Floren Markina y Jose Luis de Pablo afirman que “La conservación del enclave por parte de los cazadores, además de por su interés de conservación, viene motivada por su interés cinegético. Si este desaparece la Badina perdería todo el interés, con lo que se perderían todas las labores de mantenimiento que realizan los cazadores, importantes para la conservación del espacio natural”.
Tal como expone Jose Luis de Pablo “La Badina se viene aprovechando cinegéticamente desde hace ya unos años, y lejos de haber descendido el censo de ardeidas y acuáticas, al contrario, se ha incrementado, por lo que queda claro que la caza moderada de acuáticas no entorpece la conservación de estas aves. Pensemos en que se cazan pocas jornadas y que sólo se aprovechan las especies más abundantes y que, legalmente, está permitida su caza.”
Por último, Floren advierte que “Para la conservación de estas zonas húmedas es importante el control de la vegetación acuática, ya que si se incrementa en exceso, se convierte en un excelente refugio para el jabalí. Si aquello se abandona a su suerte, y ejemplos hay muchos, como por ejemplo la laguna de Viana, el enclave pierde parte de su productividad. La mejor herramienta de conservación de un espacio natural, es continuar con todos los aprovechamientos tradicionales que se viene haciendo y que han permitido que mantenga su alto valor natural, como es la caza, que ha sido uno de esos aprovechamientos tradicionales de este espacio, y si en el futuro desaparece se rompe el equilibrio del espacio, y comienzan a aparecer variaciones en el ecosistema que pueden influir negativamente en su conservación, por lo que esperamos que siga estando autorizada durante muchos años”.