LA GESTION DE LA CAZA EN NAVARRA ES MUY MEJORABLE

LA ADMINISTRACION TIENE QUE CONFIAR MUCHO MAS EN LOS CAZADORES, DEJANDOLES UNA MAYOR AUTOGESTION

A pesar de la gran afición de la caza en Navarra, y que la ejercen más de 25.000 cazadores, según el parecer de un gran número de aficionados, su gestión deja mucho que desear, siendo muy mejorable. Si bien existen algunos funcionarios con conocimiento para ello que se pueden contar con los dedos de una mano que ponen el mayor interés en que las cosas mejoren, lo cierto es que en muchas ocasiones chocan con el resto contrario a la caza que tiene una escasa comprensión del significado social, ecológico y de aprovechamiento sostenible que es la caza de hoy en dia. Y como estos no pueden prohibirla ya que es un derecho, se centran en limitarla lo más posible, tanto en espacios como en especies a autorizar.

 

 

La Administración por sistema, no confía los cazadores, y a pesar de que la ley reconoce la autogestión, ha establecido una normativa prohibicionista y controladora, teniendo por ello que solicitar autorizaciones para muchas de ellas, con el consiguiente aumento de la burocracia y la carga de trabajo del funcionariado. Desde ADECANA opinamos hay que abrir la mano a la autogestión del recurso, simplificar la administración y dar mayor protagonismo a los técnicos de los cotos y un margen de maniobra más flexible a las Sociedades de Cazadores para gestionar su recurso. Los primeros interesados en conservar el recurso cinegético somos los cazadores, no los técnicos y mucho menos los funcionarios de la Administración.

La gestión de los Planes de Ordenación Cinegética

Un ejemplo de ello es la actual gestión de los POC. Es Incomprensible que se tarde más de 6 meses en algunos casos en aprobar un POC. Se concede poca o nula fiabilidad a los técnicos de los POC (pagados por los cazadores), no respetándose ni su trabajo ni sus criterios. Si bien sobre el papel su tramitación debería ser mucho más ágil, desde el Departamento los dotan de una excesiva complejidad y burocracia. Lo esencial en un POC son las tareas de campo, y en los Planes actuales, la complejidad de su elaboración hace que esas tareas pasen a un segundo plano. La Administración y los empleados de la empresa pública que los gestiona no se fían ni de los datos recogidos por los cazadores, ni los recopilados por sus técnicos, y muchas veces quieren imponer sus criterios a toda costa. En opinión de ADECANA existe demasiado protagonismo de los técnicos de la empresa GAN en los POC, los cuales no entienden la caza, ni ven su utilidad social y de conservación.

No tiene sentido que los cazadores estemos obligados a gastar grandes cantidades de dinero en los POC, pagando a unos técnicos cualificados (entre 3.000 y 6.000 € al año), cuando sus elaborantes están atados de pies y manos.

La responsabilidad por daños a la agricultura

La responsabilidad por daños a la agricultura, o cambia, o va a llevar a la ruina a los titulares de los aprovechamientos cinegéticos. Desde ADECANA no podemos comprender que la misma siga manteniéndose como en tiempos pasados vinculada al aprovechamiento cinegetico del animal que los causa, cuando en el caso de la provocada por los accidentes en la carretera por ley ya no es objetiva, sino por culpa o negligencia. Parece un contrasentido que al colectivo que es la solución del problema (los cazadores) se les cargue con la responsabilidad de los daños, cuando el incremento de las poblaciones viene causado por las nefastas políticas agrarias y forestales, que no tienen en cuenta para nada a la fauna silvestre.

El problema de las vacunaciones de perros y hurones

Si los cazadores no tendríamos suficiente con ello, ahora resulta que con la publicación del Reglamento de la Ley Navarra de Protección de los animales de compañía, existen unas nuevas y costosas obligaciones con respecto a las vacunaciones e implantaciones de Chip de perros y hurones de caza.

La mayoría de los perros de caza tienen su residencia en pueblos y zonas rurales. Hace años había un sistema de veterinario ambulante que facilitaba el servicio de vacunación obligatoria a precio tasado. Hay que recuperar ese método. No se debe legislar y endurecer los controles sin facilitar los medios a los ciudadanos. Con estas nuevas obligaciones lo que se está consiguiendo es que los que tienen hurones se los quiten por el costo que supone el mantenerlos.

Peligro de abandono de los cotos y el negarse a cazar

El tener que poner cada vez más dinero y tantas limitaciones lo que va conseguir que muchos de nosotros acabemos abandonando esta gran afición con la que además realizamos una importante y necesaria labor en el control de las especies que causan daños, como es el caso de los conejos y la caza mayor, ya que sin nosotros el problema va a ser inabordable.

El Gobierno de Navarra y el estatal deberían reflexionar sobre el montante económico que en un futuro próximo le supondrá a la Administración y, por ende al ciudadano, el suplir lo que desde la caza se siempre se ha venido haciendo hasta ahora: mejoras de hábitat, equilibrio faunístico, control de plagas y de daños a la agricultura, disminución de accidentes con fauna en las carreteras... Recordemos también la amenaza de la peste porcina africana que poco a poco se nos aproxima desde Europa, la gripe aviar etc.

Como esto no se arregle pronto, cada vez se está corriendo más la voz entre el colectivo de los cazadores de negarse a cazar los animales que causan daños y abandonar los cotos. Esto mismo ya ha ocurrido en algunos cotos de la ribera con grandes daños de conejos, y hace unos meses en Catalunya, y ante el desastre que se estaba avecinando, la solución ha sido aceptar las reivindicaciones del sector. ¿Esto es lo que quiere el Gobierno de Navarra que acabe ocurriendo en nuestra Comunidad?

Un artículo de ADECANA