UNA NUEVA TEMPORADA DE CAZA

UNA NUEVA TEMPORADA DE CAZA LLENA DE ILUSIÓN A PESAR DE LAS ADVERSAS CIRCUNSTANCIAS

Estamos comenzando una nueva temporada de caza, como todos los años, llenos de ilusión y esperanza en poder disfrutar de nuestra afición, que es no solamente legal, sino legítima. Cazar es un instinto connatural con nuestra naturaleza humana, somos cazadores por naturaleza, desde nuestro origen, pero como en cualquier otra actividad unos individuos tenemos más desarrollado este instinto, esta afición, que otros.

En las últimas décadas el panorama de la caza ha cambiado mucho, y desde ADECANA recordamos años en los que prácticamente la totalidad de cazadores nos dedicábamos a la caza menor y muy pocos se reunían en las escasas cuadrillas existentes para cazar de forma ocasional al jabalí, cuando se localizaban sus rastros, pues el corzo y el ciervo eran especies prácticamente desconocidas en Navarra.

 

 

Caza menor:

Actualmente, las especies cinegéticas de caza menor, en su mayoría, pasan por una situación crítica, salvo algunas excepciones gracias a la loable labor de las sociedades en las mejoras de hábitat, de la cual desde ADECANA siempre hemos defendido que la caza no es la responsable. Hace 50 años o más, no había límite de días hábiles ni cupos, la presión cinegética era mucho mayor que la actual y, a pesar de ello, las poblaciones de especies cinegéticas no disminuían, se mantenían estables. La perdiz y la codorniz sufren una gran degradación de su hábitat, las alteraciones del territorio, los nuevos cultivos y técnicas agrícolas, el calentamiento global, la sequía, el aumento de la población de jabalíes y de otros predadores y los cambios en sus hábitos migratorios (tórtola y codorniz) han influido negativamente en las poblaciones de dichas especies, este año la situación ha empeorado en algunas zonas de Navarra debido a los desastrosos incendios que se han producido. La caza de la paloma al paso sigue moviendo a muchos aficionados, a pesar de la disminución de capturas debida a los cambios en sus rutas migratorias. La caza de la becada también tiene un numeroso grupo de seguidores, algunos de ellos con un gran sentido conservacionista y estudioso de los hábitos de esta interesante ave. En cuanto al conejo, la distribución es muy irregular y supone un problema en algunas zonas de Navarra por los cuantiosos daños que produce en los cultivos.

Desde hace años, el Gobierno de Navarra, a través del Departamento correspondiente, viene realizando numerosos y costosos estudios sobre la perdiz y otras especies del hábitat de la estepa cerealista, algunas no cinegéticas, y a pesar de que los resultados claramente indican que su disminución está causada por el deterioro ambiental y a un exceso de predación, siguen sin tomar prácticamente medidas para solucionarlo cuando es un problema que se soluciona con dinero, limitándose a aplicar medidas cada vez más restrictivas tanto en las fechas autorizadas para la caza como en los cupos, pero sin entrar a resolver el auténtico problema que afecta a la caza menor y a otras muchas especies, la degradación de su hábitat. La prueba la tenemos en el recientemente presentado “Proyecto de Plan de Recuperación y Conservación de las Aves Esteparias”, ambiguo, desfasado y con una financiación imprecisa e incierta, por no decir inexistente, pero con nuevas restricciones a los usos del campo, entre ellos la caza.

 

 

Caza mayor:

Por el contrario, los cambios climáticos, los nuevos cultivos, la despoblación rural, el abandono del pastoreo y del aprovechamiento forestal han influido positivamente en las poblaciones de especies de caza mayor, jabalí, ciervo y corzo que se han visto incrementadas notablemente en las últimas décadas, suponiendo en algunos casos un problema por los riesgos que generan, daños en la agricultura, transmisión de enfermedades al ganado doméstico, accidentes de tráfico, etc. Haciéndose cada vez más necesario un control eficaz de dichas poblaciones. En las batidas de especies de caza mayor, una caza colectiva, desde ADECANA indicamos que hay que añadir el placer de disfrutar de nuestra afición en cuadrilla, los almuerzos, comidas, etc. que después de estos dos últimos años de pandemia por el coronavirus parece que podemos recuperar, contribuyen a crear un ambiente de amistad, de compañerismo, sin egoísmos, con respeto y prudencia. Debemos formar un equipo en el que todos participamos y somos protagonistas, los resultados son de la cuadrilla. Igualmente debemos respetarnos, coordinarnos y colaborar con las cuadrillas vecinas, de esta forma conseguiremos disfrutar más y, sobre todo, una mayor eficacia de nuestras batidas con un mejor control de las poblaciones de jabalí, corzo y ciervo.

El colectivo de cazadores es, en su inmensa mayoría, legal, respetuoso, disciplinado y prudente, con un alto nivel de conocimientos, la prueba de ello es la bajísima incidencia de accidentes que se producen, prácticamente en su totalidad ajenos al uso de las armas. A pesar de ello desde ADECANA, queremos insistir, una vez más en extremar la atención, evitar los excesos de confianza basados en nuestros muchos años de experiencia y aplicar todas las medidas de prudencia y seguridad, tanto en nuestros desplazamientos por el campo y monte como en el uso de armas para reducir el número de accidentes hasta el mínimo inevitable. Son muchos los accidentes que se producen, en cualquier actividad humana, tráfico, laborales, montaña, etc. debidos a la falta de atención, al exceso de confianza que genera el llevar muchos años de experiencia, pensando que dominamos cualquier situación que se produzca y como consecuencia a la relajación de nuestra atención.

Desde ADECANA os deseamos a todos una feliz temporada de caza.

(UN ARTICULO DE ADECANA)