A LA ESPERA DE LA APERTURA DE LA MEDIA VEDA Y LA FINALIZACION DE LA CAZA DEL CORZO MACHO A RECECHO

Tras una primavera decepcionante con las tormentas se han empezado a ver mas codornices

 

Autor: Carlos Contera
Veteranos cazadores con una percha de codornices

Los cazadores ya se están preparando para la apertura de la media veda en Navarra  que a la espera de la publicación de la Orden de Vedas en el BON comenzará el sábado 15 de agosto, estando permitido cazar los jueves, sábados, domingos y festivos, finalizando el 23 de septiembre. La media veda es la caza más conocida de la época estival, siendo la principal protagonista la codorniz, con cupo de 10 ejemplares por cazador y día, la Tórtola común, con cupo de 2, y ánade real que cada vez es más abundante en las cercanías de humedades y cauces de ríos. Hay que destacar que mientras en la zona norte se puede cazar en todo el coto, en la sur solo se puede practicar en las zonas establecidas en los planes de ordenación cinegética.

El éxito en este tipo de caza depende en primer lugar de tener uno o un par de perros convenientemente adiestrados, siendo las razas más habituales los pointer, bracos, Pachón Navarro, Spaniels Bretón y los Setter, siendo una época ideal para la formación de los jóvenes cazadores y cachorros.

Al ser una especie migratoria que en estas épocas suben del sur hacia el norte en busca de la frescura. Por ello, es muy importante la constancia y perseverancia del cazador. Hay muchos cazadores que tras salir algunos días al principio y no dar con ellas abandonan, pero si se persevera en ello, sobre todo tras las tormentas veraniegas y días de lluvia como los que ha habido estos días, y sobre todo en septiembre cuando se mueven por la pasa, vuelven a aparecer donde habían desaparecido o todavía no se les había visto.

Donde más codornices encontraran los cazadores es en los lugares que a fecha de la apertura ofrezcan suficiente cobertura vegetal, comida y humedad donde hayan podido criar, pero ello depende de las prácticas agrícolas que se haya efectuado y tal como está yendo la climatología este año, mucho más húmeda, es algo que a priori debería haber ocasionado que hubiera habido en primavera muchas más codornices que las pocas que hasta fechas recientes se han visto. Sin embargo hasta fechas recientes muchos cazadores nos han comentado que este año estaban escuchando muchas menos codornices que otros años tan favorables como este en el que la recogida de la cosecha están siendo tan tardía por la climatología y por el hecho de que a causa de la humedad de los campos se ha dificultado el empleo de herbicidas y fitosanitarios lo que ha ocasionado que hayan sobrevivido en el campo mucho más microfauna que sirve de alimento para las aves.

Si bien en la mayoría de los lugares a lo largo de la primavera no se estaban viendo muchas codornices, esta semana en puntos concretos como la zona del Perdón y Valdizarbe, tras las tormentas de estos días durante la recogida de la cosecha sean empezado a ver de forma más abundantes. Sin embargo, los avistamientos son muy aleatorios, ya que si bien en algunos lugares se han visto sorprendidos por ejemplares anteriormente no vistos, incluso acompañados de pollos, en otros donde suelen abundar como la cuenta de Pamplona siguen viéndose pocas. En cuanto a tórtolas, al contrario que el año pasado en la zona de Cáseda se están viendo muchos mas ejemplares.

A día de hoy, si bien las esperanzas de que sea una temporada decente han aumentado, dado que la recolección están siendo muy tardía y el tiempo tan fresco está acompañando, lo cierto es que cuando finalice esta, se recoja la paja, y se labren muchos campos dejando sin cobertura vegetal, esto va a dificultar que estas aves permanezcan en las zonas de caza, teniéndolas que buscar en los linderos, los bordes de los regadíos donde existan y en los liecos.

Con el celo del corzo en su apogeo, el 31 de julio finaliza en navarra la temporada de caza de los machos a rececho

Autor : Floren Markina.
Trofeo de Corzo con su precinto.

Su caza a rececho ha estado permitida desde el 1 de abril hasta el 31 de, debiendo avisar los cazadores que tengan el preceptivo precinto con 24 horas de antelación al Guarderío de la Demarcación, indicando el número del brazalete a emplear.

A principios de abril, con muy poca comida dentro el monte después de un duro invierno, es más fácil observar grupos tanto de machos como hembras en los claros y en los campos de cultivo que empiezan a nacer. En esta época los machos ya están marcando los territorios donde meses más adelante cortejaran a las hembras para cubrirlas, siendo unas fechas en la que se produce el desperdigamiento de los jóvenes machos de años anteriores que son perseguidos y echados de los territorios donde nacieron por los machos adultos dominantes, que a partir de entonces se dedicaran a marcar sus zonas donde no dejaran entrar otros machos que puedan competir con ellos en la monta de las hembras cuando comienza el celo en los meses de julio y agosto.

Conforme avanza mayo, y sobre todo junio, su caza se dificulta en grado extremo, pareciendo que se los “traga el bosque”, meneándose lo menos posible y estando encamados la mayor parte del día, saliendo prácticamente de noche a comer. Sin embargo, conforme va transcurriendo el mes de julio, el cazador vuelve a tener más oportunidades para cazar ese corzo soñado que tantos y tantos días de esperas y fracasos le ha hecho pasar, ya que al acercarse el periodo de celo de estos cérvidos el comportamiento de los machos varía ostensiblemente al del resto de la primavera al estar menos cautelosos que en primavera y mucho más fáciles de ver al moverse por las zonas querenciosas persiguiendo a las hembras que en esta época están altas y susceptibles de ser cubiertas.

Al contrario de los breves periodos que podemos verlos en meses anteriores, limitados exclusivamente al amanecer o a última hora de la tarde, con el celo en su apogeo se les puede ver a todas horas del día en persecución de las hembras que pretenden cubrir, o también muy frecuentemente persiguiendo a otro macho de menor entidad que se haya atrevido con el mismo propósito de entrar en su territorio que lleva meses guardando, dando más oportunidades al cazador para abatir el soñado trofeo de corzo que lleva meses buscando.