EL EMPAREJAMIENTO Y LA CRÍA DE LAS PERDICES (I)

 

EL EMPAREJAMIENTO Y LA CRÍA DE LAS PERDICES

Nos acercamos a fechas que son muy importantes para la perdiz roja y, en ADECANA, hemos querido contar, una vez más, con nuestro habitual colaborador Floren Markina, doctor en biología y asesor de ARAN Servicios Medioambientales, a quien le hemos preguntado por los aspectos relacionados con el emparejamiento y cría de esta emblemática ave, esteparia y sedentaria, que está pasando por momentos muy complicados debidos a la degradación que ha sufrido su hábitat en las últimas décadas. Estas fueron sus palabras:

A pesar de que parecen ser unos seres con un enamoramiento muy bucólico, los machos de perdiz tienen muy mal carácter y después de haber pasado todo el invierno en bandos, como una forma de defenderse ante circunstancias adversas, a finales de febrero les llega la época de reproducirse y se forman las parejas, fechas que pueden retrasarse a mediados de marzo si hace frio o la climatología es adversa. Las perdices son muy territoriales y cada pareja establece su territorio, el macho no deja que ningún otro macho se establezca en las inmediaciones. Por eso, en la actualidad y al ser la perdiz un ave esteparia, el factor limitante es ese, la territorialidad. Un territorio tiene una capacidad limitada para acoger parejas de perdices, en función de la calidad de su hábitat. Si queremos tener más parejas reproductoras, tendremos que mejorar las condiciones del hábitat, hacerlo más acogedor.

 

 

Este año, el invierno no ha sido duro y desde finales de febrero teníamos temperaturas relativamente altas, posteriormente han vuelto las lluvias y, en esas condiciones, pueden volver a formarse los bandos para, posteriormente, volver a establecer las parejas.
Las fechas de las puestas de los huevos están en función de la latitud del territorio, no es lo mismo el norte que el sur de Navarra, en el sur las puestas se realizan hacia mediados de mayo y se retrasan hasta primeros de junio en las zonas más norteñas. Las puestas consisten, aproximadamente, en unos 8 o 10 huevos que son cuidados y empollados tanto por la hembra como por el macho. No construyen un nido elevado, lo hacen en una oquedad del suelo, intentando que sea en alguna zona de matorral que les proteja de los depredadores. Se van alternando en su incubación y aproximadamente en unos 25 días se produce la eclosión, saliendo los perdigones que son nidífugos, es decir que en cuanto salen del huevo abandonan el nido para seguir a la madre. En Navarra, esta eclosión se produce entre finales de mayo y mediados de junio,
La puesta también puede realizarse en los cultivos, tanto en su centro como en las orillas, con matorrales o caminos próximos, así como las cunetas, pues suponen para las perdices, unas zonas de protección contra los predadores terrestres (zorros y jabalíes) y voladores (rapaces y córvidos), de ahí la importancia que tiene respetar las zonas de matorral o herbazales que quedan entre los cultivos.
El tipo de cultivo también es importante para la cría de la perdiz, pues los de cebada, que son más tempranos, se cosechan antes y si a la perdiz no le ha dado tiempo para el suficiente crecimiento de los pollos, estos se pueden perder. La climatología adversa, sobre todo las tormentas que pueden inundar los campos y arrastrar los huevos, también influye, perdiéndose las nidadas.
Entre los predadores de los huevos, los zorros y los jabalíes son los más importantes, un jabalí pasa el 60 % de su vida buscando alimento, pero no podemos olvidar a los córvidos (cornejas y urracas).
En el caso de que el nido fuese predado o se perdiese por una tormenta, las perdices son capaces de tener una segunda puesta, que suele ser más pequeña, limitándose a 4 o 5 huevos.
Si existe descompensación de sexos en la población de perdiz y hay muchos machos que pugnan por los territorios, intentan echar a otros machos y, con esas peleas, las hembras pueden quedarse sin cubrir, pero esta situación tiene mucho de mito, pues es raro que haya exceso de machos en la población, pues tanto la depredación como la caza, tienen el mismo efecto sobre ambos sexos.
Confiemos en que la meteorología sea buena y las puestas lleguen a término, con muchos insectos en el campo para la correcta alimentación de los pollos sin necesidad de grandes desplazamientos. No podemos ignorar que, en sus primeros días, comen insectos sin cesar porque tienen que engordar y crecer rápidamente. El año pasado tuvimos una cría fantástica, confiemos en que este año se repita.
Una vez más, ADECANA agradece a Floren su valiosa colaboración a nuestra finalidad de información y formación continua de los cazadores navarros, como él dice, confiemos que la meteorología de esta primavera sea propicia y contemos con una abundante población de estas aves que repito, forman una parte importante de la biodiversidad de nuestra tierra y que tantos buenos momentos nos procura con su caza y su gastronomía.