LAS ARMAS DE FUEGO Y SUS MUNICIONES EN EL PERÍODO DE VEDA

LAS ARMAS, HERRAMIENTAS DE PRECISIÓN, REQUIEREN CUIDADOS PARA SU CONSERVACIÓN

Los humanos, a lo largo de nuestra historia, hemos utilizado diferentes herramientas para suplir nuestras limitaciones y ayudarnos en la caza. Trampas, lanzas, cuchillos, arcos, flechas fueron durante muchos siglos las armas de caza tradicionales, actualmente las más utilizadas son las armas de fuego, conocidas desde hace mucho tiempo, fue en el siglo XIX y comienzos del XX cuando tuvieron su mayor desarrollo y perfeccionamiento, tanto en las armas como en sus municiones.

En ADECANA sabemos que el nivel de conocimientos de los cazadores es muy alto, tanto por la transmisión oral entre generaciones, como por la buena y abundante información disponible, pero nunca estorba el recordar algunas ideas básicas, para ello hemos contactado con Miguel Iñigo, que pertenece a nuestra asociación desde su fundación, para que nos recuerde unos breves y sencillos conceptos y consejos, sobre las armas y municiones, la legislación que les afecta y los métodos para cuidarlas correctamente.

 

 

Armas:

En Europa, las armas están perfectamente controladas, las diferentes naciones en su legislación determinan los requisitos que los ciudadanos deben reunir para poder poseer, legalmente, un arma de fuego.

La Guardia Civil, tiene un control exacto de todas las armas, legales, y de sus propietarios, quienes periódicamente deben renovar sus licencias y pasar revista de sus armas. Para guardar los rifles en nuestros domicilios, es obligatorio hacerlo en armeros homologados, que también son muy aconsejables, por seguridad, para guardar las escopetas. El transporte de las armas está limitado al trayecto entre nuestro domicilio y el lugar donde vayamos a cazar, a practicar alguna actividad deportiva con ellas (de caza o de tiro), a la Intervención de Armas de la Guardia Civil o a una armería para su revisión, etc. Es conveniente recordar que, al transportarlas, las armas deben ir descargadas, enfundadas y separadas de sus municiones.

Es habitual, entre las personas que desconocen las armas que las miren con recelo, pensando en su teórica peligrosidad, es un gran error, pues las armas son elementos inertes cuya peligrosidad reside exclusivamente en el mal uso que de ellas se pueda hacer, pero lo mismo podemos decir de un coche, una moto, un hacha, un martillo, etc. En ADECANA siempre hemos dado mucha importancia a la seguridad en la caza y constantemente recordamos las normas de prudencia en su uso y tenencia.

Las armas, son herramientas de precisión que, para su correcto y seguro funcionamiento, requieren estar en perfectas condiciones. Ahora, al terminar la temporada de caza, es el momento de repasarlas, revisarlas y en su caso repararlas.

Para limpiar un arma el primer requisito es volver a comprobar, apuntando hacia un lugar seguro que esté descargada, nunca apretando el disparador, sino asegurándonos que tanto la recámara como el cargador estén vacíos. Después la desmontaremos para tener buen acceso a todos sus componentes. La combustión de la pólvora deja residuos en el cañón, que debemos limpiar cada vez que hayamos disparado, pero con más interés en este momento. Para ello utilizaremos un disolvente especial para armas y la baqueta adecuada con escobillón de bronce, introduciéndola, siempre que sea posible desde la recámara hacia la boca de fuego, después mediante parches o trapos adecuados secaremos el interior del cañón hasta que salgan limpios y secos. Nunca debe dispararse con el cañón engrasado, esto produciría un gran aumento de la presión, que sería perjudicial y peligroso. Si no nos sentimos capacitados para hacer esta profunda limpieza, lo correcto es llevarla a una armería para que lo hagan.

Las superficies metálicas exteriores deben limpiarse de toda traza de huellas de nuestras manos, pues el sudor favorece su oxidación y después aceitarlas ligeramente con un producto adecuado. Las culatas de madera también requieren sus cuidados, sobre todo si están terminadas al aceite aplicándoles una gota de aceite de linaza, extendiéndola y frotándola intensamente.

En los rifles, si vamos a realizar cambios en el sistema de puntería, alza, visor óptico, punto rojo, etc. debemos aprovechar estos meses para tener tiempo de ajustarlo bien con la munición que vamos a utilizar en la caza.

Al guardarlas, lo haremos en el armero, fuera de sus fundas de transporte, pues estas pueden retener humedad y favorecer su oxidación.

Municiones:

Las municiones debemos guardarlas en un lugar seco y fresco, es obligatorio hacerlo en un sitio cerrado con llave y separadas de las armas, también pueden guardarse en el mismo armero solo si este tiene un compartimento independiente y cerrado con llave.

Si hemos decidido cambiar de munición, este es el momento de hacerlo, los cartuchos de escopeta para la caza menor son menos problemáticos, más sencillos y conocidos, pero si son para un rifle, debemos elegir primero la combinación de cartucho y bala que más convenga a la modalidad de caza que practiquemos y después comprobaremos como agrupa con nuestra arma. Superada esta prueba, nunca debemos comprar solo una caja sino dos o tres, iguales y del mismo lote, dedicando unos pocos cartuchos para ajustar el sistema de puntería y a partir de ahí, mientras el rifle no sufra ningún golpe, este ajuste no variará y nos dará seguridad al usarlo.

Desde ADECANA queremos recordar, una vez más, que al usar un arma, como al conducir, manejar una motosierra, etc. debemos permanecer con la máxima atención, sin relajarnos y aplicar todas las medidas de seguridad y prudencia, para evitar accidentes, que en el caso del uso de armas, son escasísimos en comparación con otras actividades. Es aconsejable acudir, durante el período de veda, a algún campo o galería de tiro para practicar con nuestras armas, conocerlas y estar entrenados en su utilización.

(ADECANA)